España ha dado un paso monumental en el campo de la investigación científica con un descubrimiento que podría revolucionar la tecnología cuántica. El pasado 15 de marzo de 2025, un equipo de físicos de la Universidad de Barcelona anunció el desarrollo de un nuevo método para estabilizar qubits, las unidades básicas de la computación cuántica, a temperaturas más altas de lo que se creía posible hasta ahora.

Un hallazgo inesperado

El avance tuvo lugar en el marco de un proyecto financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, en colaboración con el Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO). Los investigadores, liderados por la doctora Laura Esteban, lograron mantener la coherencia de los qubits a 20 grados Kelvin (-253 °C), una temperatura significativamente superior al estándar de 0,015 grados Kelvin (-273 °C) requerido anteriormente. Este salto elimina una de las mayores barreras para la computación cuántica: la necesidad de sistemas de enfriamiento extremadamente costosos y complejos.

Cómo se logró

El equipo utilizó un material innovador basado en grafeno dopado con átomos de nitrógeno, combinado con pulsos láser de alta precisión. Según Esteban, “el grafeno actúa como un escudo que protege los qubits de las interferencias externas, mientras los láseres ajustan su estado en tiempo real”. Este enfoque no solo es más eficiente, sino que también abre la puerta a aplicaciones prácticas fuera de los laboratorios especializados.

Impacto y expectativas

Las implicaciones son enormes. Expertos predicen que este avance podría acelerar el desarrollo de ordenadores cuánticos comerciales, capaces de resolver problemas complejos —como la simulación de moléculas para nuevos medicamentos o la optimización de redes energéticas— en una fracción del tiempo actual. Empresas tecnológicas como IBM y Google ya han mostrado interés en colaborar con el equipo español, mientras el Gobierno ha prometido más fondos para escalar la investigación.

El futuro está aquí

Aunque aún quedan desafíos, como adaptar el método a gran escala, el optimismo reina en la comunidad científica. “España está marcando el rumbo en la carrera cuántica global”, afirmó Esteban en una rueda de prensa. Este logro no solo pone al país en el mapa de la innovación, sino que también inspira a una nueva generación de científicos a soñar en grande.

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